Los actos electorales para los comicios autonómicos gallegos se ven condicionados por el retumbar de los ecos de la exitosa y mediática campaña celebrada recientemente en Estados Unidos que sin duda, marca un hito en la historia de la política con un antes y un después en cuanto al uso de Internet como principal medio de Comunicación.
No faltó tiempo para que nuestros políticos se lanzaran a la Red de lleno. Abrieron Blogs, Touriño inauguró su canal tv, Quintana hizo popular en Youtube su «eu son Anxo Quintana» y Feijóo fue noticia cuando alcanzó 1000 contactos en Facebook pero, ¿se habrán lanzado al nuevo medio con red? ¿Están nuestros políticos alfabetizados digitalmente para hacer frente al reto? ¿Han estudiado las fórmulas para saltar la brecha tecnológica que sufre Galicia especialmente la rural? Esperemos que tengan respuestas a estas cuestiones porque estarían cometiendo un grave error si simplemente derrocharan sus esfuerzos en tener una presencia en Internet volcando en ella las conocidas estrategias de marketing político con su propaganda de siempre.
Cada elemento de la Web puede ser sumamente útil si se lo utiliza correctamente, por ejemplo, las Redes sociales pueden ser fundamentales para la captación del voto emigrante, una de sus mayores preocupaciones pero, deberán trabajar en ello ya que ninguno de los tres candidatos ha obtenido grandes éxitos de momento; por ejemplo, en Facebook donde Obama reunió más de 3.000.000 de «amigos», Touriño y Feijoo aún no llegan a los 2000 y Anxo Quintana apenas pasa los 1500, dato que me sorprende teniendo en cuenta que su electorado sea tal vez el más joven y supuestamente el más habituado a participar en los social media.
A la gran Red se debe llegar conociendo y manejando las herramientas para poder aprovechar las ventajas y oportunidades que brinda. Así lo hizo Obama, porque no sólo es un político on-line es además un hombre 2.0 que vive en un país en el que el 75% de la población tiene acceso a Internet. Eso le permite, por ejemplo, implantar el tradicional discurso presidencial de los sábados en la Web anunciando que es este y no otro su único canal de comunicación. Lejos estamos de esa realidad.
En todo caso no dejemos la gloria o la derrota en manos de las nuevas tecnologías; el mensaje tendrá algo que ver, digo yo. Cuando se maneja bien el lenguaje, el mensaje puede dispararse a través de cualquier medio con la seguridad de que se hará diana.